En este manual, nuestra definición operativa de noviolencia se basa en el deseo de terminar con toda la violencia, ya sea violencia física o lo que se ha dado en llamar “violencia estructural” y “violencia cultural”, sin emplear más violencia. Este manual ha sido elaborado por personas de todo el mundo con diferentes perspectivas sobre este concepto.

Muchas organizaciones y campañas comprometidas con la noviolencia elaboran declaraciones de principios noviolentos que explican sus puntos de vista. La declaración de principios de la IRG dice lo siguiente:

La IRG adopta la noviolencia. Para algunas personas, la noviolencia es una forma de vida. Para todas, es una forma de acción que defiende la vida, denuncia la opresión y reconoce el valor de cada persona.

Este Manual de Campañas Noviolentas ha sido escrito para apoyar la labor de grupos que ponen la noviolencia en acción.

La noviolencia puede combinar la resistencia activa, incluida la desobediencia civil, con el diálogo. Puede combinar la no colaboración —retirada del apoyo a un sistema de opresión— con el trabajo constructivo para organizar alternativas. Como forma de enfrentarse al conflicto, a veces la noviolencia intenta aportar la reconciliación, fortaleciendo el tejido social, empoderando a los y las de abajo, e incluyendo a personas de diferentes bandos en la búsqueda de soluciones. Incluso cuando estas metas no pueden ser logradas inmediatamente, la noviolencia nos mantiene firmes en nuestra determinación de no destruir a otras personas.

Declaración de principios de la IRG

La noviolencia puede implicar mucho más que todo eso, incluyendo un deseo de cambiar las relaciones de poder y las estructuras sociales, una actitud de respeto por toda la Humanidad o toda la vida, o incluso una filosofía de vida. Les animamos a explorar estas áreas.

Descubrir las diferencias en énfasis y compartir las maneras de entender la noviolencia puede ser una experiencia enriquecedora en el contexto de un grupo que se prepara emprender la acción noviolenta en común.

La gente tiene diferentes razones para adoptar la noviolencia. Algunas personas la defienden porque la consideran una técnica efectiva para provocar los cambios sociales deseados, y otras, porque buscan practicar la noviolencia como forma de vida. Entre estos dos extremos hay todo un abanico de posibilidades en el que se sitúa mucha gente. Estas diferencias pueden aflorar durante una campaña, pero normalmente una declaración de principios o unas directrices para una campaña concreta pueden hacer que la gente vaya acomodando sus actitudes dentro de un determinado rango. (Ver “Mantener la noviolencia durante una acción”).

Algunas diferencias de enfoque, sin embargo, pueden ser una fuente de fricción y es necesario ponerlas en común. Por ejemplo, la cuestión de los daños a la propiedad puede llegar a dividir, porque aunque algunas personas activistas noviolentas tratan de evitar los daños a la propiedad, otras creen que estas acciones suponen un coste que vale la pena infligir al oponente. (Ver “violencia”)

La noviolencia es algo más que la simple ausencia de violencia, y más que decir “no”. Las personas activistas noviolentas también queremos que nuestras actividades sean expresión del futuro que intentamos crear, y nuestro comportamiento refleja el mundo que queremos. Cuando usamos frases como “soltarle la verdad al poder”, “defender la vida”, o “respetar la diversidad”, estamos invocando valores fundamentales que en sí mismos son una fuente de fuerza para nosotros y nosotras y un punto de contacto con la gente a la que queremos llegar.

Las dimensiones pragmáticas de la noviolencia activa

La noviolencia activa ha sido usada como una estrategia para acabar con la guerra, la injusticia y la destrucción del medio ambiente, resolver conflictos de toda clase, o simplemente para llevar una vida saludable y responsable (o todo ello junto). En general se entiende que este enfoque se basa en una serie de principios que tienen obvias e importantes dimensiones éticas. Históricamente, muchas tradiciones diferentes de todo el mundo tienen principios y códigos de conducta coherentes con la noviolencia. Por desgracia, en general no se percibe que estos principios también tienen unas dimensiones pragmáticas muy claras y demostrables.

Sin embargo, la distinción entre ética y efectividad puede ser más ilusoria que real. La práctica de abstenerse de ejercer violencia —o más propiamente, de practicar la noviolencia activa— tiene una fuerte base racional pragmática: maximiza las posibilidades de conseguir un resultado positivo. Por supuesto, escoger el camino de la noviolencia activa

Como se ha señalado antes, la palabra “noviolencia” significa muchas cosas. Este manual trata concretamente de la noviolencia en acción, como herramienta para enfrentarse a la violencia y la opresión, motivo por el cual estos principios tratan de la “noviolencia activa”. Por comodidad, a lo largo del resto del libro usaremos simplemente la palabra “noviolencia”.

No garantiza en modo alguno un resultado positivo —al menos a corto plazo— en mayor medida que elegir la vía de la violencia. Su única afirmación —basada no sólo en la experiencia cotidiana, sino también en un creciente bagaje de evidencias empíricas sacadas de un registro histórico empapado de sangre— es que eligiendo la noviolencia activa es más probable obtener un resultado positivo, al menos a largo plazo.