El poder colectivo es la clave del cambio social. Podemos pertenecer a una pequeña campaña grupo comunitario local o un movimiento confesional a escala nacional. Las actividades que hacen los grupos activistas son diferentes. Nuestro grupo puede hacer acciones directas con riesgo de detención para visibilizar una injusticia en la que se centra nuestra campaña, o podemos hacer trabajo de presión o de reforma facilitando e implementando el cambio social usando cauces legales como peticiones o estrategias legislativas. Otros grupos pueden centrarse en construir nuevas estructuras e instituciones sociales alternativas. Lo importante es que nos ponemos en acción con otras personas, conectando con y respetando el trabajo de quienes abordan otros aspectos del problema.

Una de las maneras de trabajar colectivamente para maximizar las aportaciones y esfuerzos individuales, es organizarse en grupos de afinidad. En términos generales, un grupo de afinidad es un grupo pequeño de gente (normalmente no más de 15 personas) que se entienden bien mutuamente. Existe confianza mutua entre sus miembros, que comparten una visión y una estrategia respecto al tipo de activismo que hacen. También conocen las fortalezas y debilidades de cada cual y se dan apoyo mutuo cuando participan (o intentan participar) en una campaña noviolenta. Un coro activista, un grupo que reúne firmas para hacer una petición, activistas que hacen acción directa con riesgo de detención, o un colectivo que aporta un determinado servicio a una movilización masiva como por ejemplo la observación legal, primeros auxilios o el equipo de cocina. Todos estos grupos pueden considerarse a sí mismos como grupos de afinidad. Los grupos de afinidad pueden juntarse para una acción solamente, o actuar conjuntamente durante muchos años.

Estructura

Algunos grupos de afinidad desafían el imperante modelo social de dominación y obediencia indebida a la autoridad trabajando de forma antijerárquica, diciendo que son no jerárquicos, reconociendo las jerarquías informales (tanto las útiles como las perjudiciales o una combinación de ellas) en el grupo, y trabajando todo ello de una manera que maximice la influencia, habilidades y eficacia del grupo. Esto puede traducirse en compartir los conocimientos y habilidades para que más gente pueda asumir los roles del grupo. Puede ser prestando atención cuando una persona parece tener influencia sobre el grupo nada más que por su estatus y poder personal en detrimento del bien común. Otro motivo por el que algunas campañas o movimientos sociales se esfuerzan por ser no jerárquicos y por no tener líderes aparentemente, es para proteger a la gente que forma parte de ellos. De lo contrario, las autoridades sencillamente podrían poner en el punto de mira a los “líderes” con la intención de desestabilizar y debilitar al movimiento.

Otros grupos de afinidad pueden tener una jerarquía para proporcionar una gestión de los intereses a largo plazo del grupo, o si el grupo es tan grande que necesita exista delegación de responsabilidades en otros miembros o personal. La jerarquía puede ser una parte útil de la cultura que el grupo usa para impulsarse hacia el objetivo de su campaña, como en el caso de culturas en las que es habitual recurrir a líderes que usen su influencia para el bien común. Se trata de líderes de confianza y respetados por los grupos y el movimiento debido a su integridad. De todas formas, la clave de todos estos modelos es la confianza en el grupo, el grado de participación entre los miembros del grupo y la efectividad resultante del grupo.

Encontrar un grupo de afinidad

¿Cómo encontrar un grupo de afinidad adecuado para mí? La sencilla respuesta es buscando a gente conocida que tenga opiniones parecidas sobre el tema en cuestión y los métodos de acción que hay que usar. Puede ser gente que se conoce en un seminario de entrenamientos de noviolencia, con la que se trabaja, se socializa o se vive. El punto que hay que subrayar es que hay que tener algo más en común que simplemente el tema que nos ha llevado a juntarnos, y que confiemos en esas personas y viceversa. Un aspecto importante de ser parte de un grupo de afinidad es enterarse de los puntos de vista de las demás personas, y tener voluntad para dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para entenderse mutuamente. No hace falta estar de acuerdo, sólo aceptar y permitir que exista otro punto de vista junto al nuestro. Ser parte de un grupo de afinidad puede significar dejar a un lado nuestras preferencias personales para poder aceptar las acciones, ideas y propuestas que sean aceptables para el colectivo.

Los grupos de afinidad efectivos elaboran una idea común de lo que se quiere individual y colectivamente de la acción o campaña, cómo es posible que vaya todo, qué apoyo necesitaremos de otras personas, y qué podemos ofrecerles. También es de ayuda tener un acuerdo sobre ciertas cosas básicas: cómo de activo, cómo de espiritual, cómo de noviolento, cómo de profunda una relación, cuánto riesgo de detención, cuándo podríamos querer parar la acción, nuestra perspectiva política general, nuestros métodos de acción, etc.

En el norte global, uno de los usos de los grupos de afinidad es emplear la acción directa noviolenta para visibilizar o denunciar una situación de injusticia. Las sentadas y ocupaciones de negocios segregados que llevaron a cabo personas afroamericanas durante el movimiento de derechos civiles en EEUU iban encaminadas a hacer aflorar la injusticia de estas prácticas, que eran invisibles o ignoradas por la mayoría blanca. El propósito puede ser también frenar o detener una injusticia, como al bloquear la construcción de una fábrica de armamento o desmontar armas, interfiriendo o deteniendo su normal funcionamiento.

Un grupo de afinidad que tenga intención de realizar una acción directa noviolenta querrá planear detalladamente, decidir los roles necesarios y, después de pensarlo un poco, la gente decide qué papeles es capaz de hacer. Los roles de apoyo son vitales para el éxito de una acción y para la seguridad de las personas participantes. Cada acción es diferente y necesita papeles diferentes, pero hay algunos comunes a todas, como el contacto con los medios de comunicación, observación legal, primeros auxilios, la gente que está dispuesta a ser detenida y la gente de apoyo que cuidará del bienestar de quienes se arriesgan a la detención. Las personas que se arriesgan a la detención puede que usen su cuerpo como herramienta en la acción, por ejemplo encadenándose a algo o poniéndose en una postura que limite su movilidad, como sentándose en la carretera.

Es importante que esta gente tenga personas de apoyo para asegurarnos de que tengan comida, agua y protección frente a los elementos, y para vigilar la respuesta de las autoridades. A veces la gente puede asumir más de un rol. Por ejemplo, una persona que hace la observación legal puede también proporcionar primeros auxilios, o hacer de enlace con la policía, o ser el contacto con los medios, pero cuidado con que una persona se haga cargo de demasiadas responsabilidades clave. La clave es garantizar que todos los papeles cruciales se cubren, que todo el mundo entiende el alcance de su compromiso antes de que empiece la acción, y que nadie asuma roles que no es capaz de cumplir.

Existen más tipos de grupos de afinidad en el mundo de los que caben este manual, y la acción directa noviolenta adopta también más formas de las que se pueden describir aquí. Tomemos por ejemplo las Madres de la Plaza de Mayo: estas mujeres se conocieron mientras buscaban a sus hijos e hijas desaparecidas durante la dictadura militar argentina entre 1975 y 1983. Al principio empezaron a reunirse para compartir información y apoyarse mutuamente, y después empezaron a concentrarse delante del palacio presidencial desafiando públicamente el terrorismo de estado que intentaba silenciar a toda la oposición. O también puede adoptar la forma de gente trabajando por encima de las fronteras de clase, raza, género o nacionalidad para afirmar su solidaridad con otras personas, como en el caso del grupo Black Sash en la era del apartheid en Sudáfrica. Entre 1955 y 1994, Black Sash dio muestras de una extensa y visible resistencia blanca contra el sistema de apartheid. Sus miembros trabajaron defendiendo a familias afectadas por las leyes del apartheid, celebraron regularmente manifestaciones en la calle, tomaron la palabra en mítines políticos, pusieron en conocimiento de sus representantes parlamentarios casos de injusticia y llevaron a cabo vigilias ante el parlamento y sedes gubernamentales. Gran cantidad de sus miembros fueron denigrados dentro de sus propias comunidades blancas y no fue extraño que las mujeres que vestían una banda negra (black sash) sufrieran agresiones físicas a manos de partidarios del apartheid.