“X-tausendmal quer” (X-mil bloqueando) se creó en 1996, en un remoto rincón de Niedersachsen (Baja Sajonia), Alemania, llamado Wendland. La región es famosa por los planes de establecer allí un centro de gestión de residuos nucleares cerca de localidad de Gorleben. Planes anteriores para el emplazamiento incluían una central nuclear, una planta de reprocesamiento, una factoría de acondicionamiento, una nave de almacenamiento provisional de residuos radioactivos, y un depósito de residuos radioactivos de alta actividad en una mina de sal. Actualmente, solamente están en funcionamiento la factoría de acondicionamiento y el centro de almacenamiento provisional. Todo lo demás ha sido frenado gracias principalmente al poder de la oposición contra estos planes desde finales de los 70.

A mediados de los 90, llegaron a Gorleben los primeros transportes que contenían residuos radioactivos de alta actividad envasados en “barriles de almacenamiento y transporte de material radioactivo”, los llamados “C.A.S.T.O.R.”. La resistencia contra estos transportes fue creciendo, y varios grupos se movilizaron para protestar, pero la gente carecía de una idea concreta de cómo interrumpirlos. Mucha gente se situaba en las carreteras y cerca de los raíles del tren, pero a menudo solamente se quedaba de pie a un lado, mientras los Castor seguían su camino, quedándose así con un sentimiento de impotencia y desorganización. Los grupos y los individuos eran espiados, y se incrementó la vigilancia sobre los movimientos populares y el uso del teléfono (internet no era algo común entonces). Gran cantidad de activistas en la resistencia antinuclear en Wendland sintieron la necesidad de mayor confidencialidad, pero esto habría reducido el número de personas activas. Hacía falta otra estrategia.

La llamada a la acción

X-tausendmal quer fue fundado por varias personas de grupos cristianos, el Centro para la Noviolencia (KURVE Wustrow), activistas de la oficina del medioambiente (Umweltwerkstatt) de Verden, activistas anarquistas por la noviolencia (del entorno del periódico Graswürzelrevolution), y activistas locales.

En 1996, nuestras metas principales eran:

  • movilizar a una gran masa de gente para bloquear noviolentamente el próximo transporte Castor a Gorleben;
  • aumentar la presión pública para hacer imposible la represión de la gente que participara;
  • dar un nuevo impulso (noviolento) a la resistencia en Wendland.

Teníamos el objetivo de ofrecer una acción poco exigente que propocionara un marco seguro gracias a una preparación intensa en el campamento, con entrenamientos de noviolencia, grupos de afinidad y toma de decisiones por consenso, para garantizar que se tuvieran en cuenta los miedos y los recursos de todo el mundo.

Para lograr nuestras metas, empezamos a hacer un llamamiento a la acción con una declaración individual como elemento central: “Yo bloquearé el próximo Castor junto a X-tausendmal quer”. Más de 5000 personas firmaron esta declaración, que también suponía un compromiso de actuar noviolentamente frente a la policía y otras personas, porque “respetamos a las personas, pero criticamos el rol que desempeñan”.

Las firmas de la declaración se publicaron en un diario local. En las semanas siguientes antes del transporte Castor de 1997, una página de periódico llena de firmas (pagada con donaciones) mostró que una poderosa y noviolenta resistencia estaba creciendo. Aumentamos nuestra repercusión política, a veces incluso pensábamos que el gobierno de Niedersachsen cancelaría el transporte ante tal resistencia ciudadana. Cuanta más gente de clase media firmaba la declaración, más impulso ganaba toda la campaña. La gente quería ver su nombre en el periódico, formar parte de la gran familia de la resistencia en Wendland.

La declaración pública no fue sólo un instrumento de movilización interna. Cuanta más y más gente firmaba la declaración, las probabilidades de persecución de estas personas disminuía. También esperábamos que reduciría la violencia policial contra las personas que bloquearan, al no ser ya una masa anónima, sino individuos que formaban parte de todos los estratos de la sociedad, lo cual quizás haría menos probables los ataques de la policía.

Para alcanzar nuestra meta, imprimimos más de 10.000 folletos, compramos varias páginas en el diario local, celebramos reuniones públicas y hablamos con mucha gente para convencerla de que la desobediencia civil era una responsabilidad pública. Entendíamos que la acción directa no es para todo el mundo, así que ofrecíamos una amplia gama de formas de ayudar al bloqueo, como trabajar en la cocina, montando tiendas en el campamento, dando primeros auxilios y todo lo necesario para organizar un campamento para varios miles de personas. El campamento sirvió como punto de partida para el bloqueo y como lugar seguro al que retirarse después.

El campamento y el bloqueo

El 4 y 5 de marzo de 1997, 9.000 activistas bloquearon el Castor. Para muchas de estas personas era su primera experiencia en acción directa. Estudiantes, granjeros y granjeras, docentes, gente mayor, y personal de la administración pública, a cara descubierta y en disposición de arriesgar sus cuerpos y unirse en la esperanza de una sociedad no nuclear. Empezando a la una de la madrugada, la policía tardó más de 12 horas en despejar el camino. La violencia policial aumentó durante la noche, al emplearse cañones de agua a temperaturas muy bajas y porras antidisturbios. La gente aguantó el dolor y se mantuvo noviolenta.

Como resultado de la resistencia en Wendland, los transportes Castor se interrumpieron durante cuatro años, porque era obvio que los transportes de residuos nucleares a Gorleben ya no iban a poder realizarse sin una violencia policial excesiva contra las protestas noviolentas. No había sido posible romper legalmente la resistencia e imponer los transportes porque, según la legislación alemana, la policía tiene que ajustar sus medios al nivel de violencia al que se enfrenta, por lo que contra protestas noviolentas solamente está permitido un bajo nivel de violencia (como llevarse a la gente en volandas). Todo lo demás es ilegal, aunque a veces se ponga en práctica,

“¡Yo bloqueo el Castor! ¿Y tú?"

En los años siguientes mejoramos nuestras estructuras y profesionalizamos nuestro trabajo voluntario. Elaboramos una lista de grupos de trabajo para prepararnos para los siguientes bloqueos: medios, movilización, moderación y entrenamiento, apoyo legal, apoyo emocional, estrategia, apoyo técnico y contacto con la policía.

Cada grupo de trabajo se compone de una persona coordinadora, participantes normales, “principiantes” y gente que aporta recursos pero que no forma parte activamente del grupo de trabajo. Una persona es responsable de recordar sus tareas a todos los grupos de trabajo, y de controlar sus plazos. Toda la gente participante en los grupos de trabajo aparece en una lista por transparencia. Funcionamos de manera no jerárquica, pero no olvidamos que la gente tiene diferentes niveles de experiencia.

Cada cuatro semanas se reunía un grupo de coordinación formado por todos los miembros de los grupos de trabajo. Entre reunión y reunión hacíamos reuniones telefónicas.

Durante los últimos años de la campaña, nuestro lema era “Yo bloqueo el Castor. ¿Y tú?”. Para aumentar nuestra visibilidad dentro del movimiento antinuclear, editamos pegatinas y camisetas con este lema, varios vídeos de campaña para distintos grupos objetivo (http://www.x-tausendmalquer.de/index.php?id=36) y un gran cartel que mostraba gente en un bloqueo junto con una enorme X de nuestro logo.

Por desgracia, X-tausendmal quer fue incapaz de mantener el mismo nivel de movilización en los siguientes transportes de residuos nucleares después de 2000. Los nuevos planes de la coalición entre socialdemócratas y verdes para un cierre progresivo de centrales nucleares apaciguaron a mucha gente, y otros temas entraron en la agenda política, como por ejemplo las cumbres del G-8 en Génova y Heiligendamm, la crisis financiera, la ingeniería genética o el radicalismo de derechas.

Aunque nunca conseguimos movilizar a tanta gente como en 1997, los miles de activistas que bloquearon los transportes nucleares Castor, y aprendieron y experimentaron la noviolencia en nuestras acciones, son motivación suficiente para seguir adelante. Además, muchos de nuestros métodos y estrategias han sido adoptados por otros grupos. Los entrenamientos de noviolencia, las estructuras de grupos de afinidad, y la estrategia de los “cinco dedos” (para atravesar los cordones policiales), ahora son ampliamente usados en movimientos de protesta por toda Alemania.

Ahora, mientras han sido interrumpidos de nuevo los transportes a Gorleben, seguimos actuando como una red informal de amistades políticas, que se unen en otros sitios de Alemania para luchar contra las armas atómicas, por los derechos de las personas refugiadas, o contra las infraestructuras militares. Las experiencias y amistades de la lucha en Gorleben seguirán y nos darán fuerza y confianza para continuar.