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No decimos que necesitéis un entrenamiento noviolent antes de salir a la calle y sujetar una pancarta o repartir folletos. No, por lo menos en la mayoría de los países. Sin embargo, todo el proceso al que nos referimos cuando hablamos de entrenamiento en la noviolencia –analizar situaciones, ver alternativas, redactar peticiones, desarrollar estrategias de campaña, planear acciones, preparar acciones, evaluar acciones o campañas– puede aumentar el impacto que vuestro grupo tiene sobre otros, y a ayudaros a funcionar mejor en la acción, enfrentándoos mejor con los riesgos y problemas que plantea, y expandiendo el horizonte de vuestras acciones. Básicamente, los entrenamientos noviolents ayuda a crear un lugar seguro para probar y desarrollar ideas nuevas o para analizar y evaluar experiencias. El entrenamiento noviolento puede ayudar a los participantes a elaborar un significado común sobre el uso de la noviolencia en campañas y acciones. Es una experiencia educativa participativa, en la que podemos aprender nuevas habilidades y desaprender comportamientos destructivos y opresivos que nos ha enseñado la sociedad. El entrenamiento noviolento puede fortalecer un grupo, desarrollando un lazo comunitario mientras la gente aprende a trabajar junta y clarifica sus intenciones. El entrenamiento noviolento nos puede ayudar a entender y a desarrollar el poder de la noviolencia. Nos da la posibilidad de compartir preocupaciones, miedos y sentimientos y hablar sobre el papel que juega la opresión en nuestra sociedad y en nuestros grupos. A nivel individual, la formación nos ayuda a desarrollar la autoconfianza y a clarificar nuestras interacciones personales. La meta es lograr que los participantes tomen parte de una manera más efectiva en una acción colectiva. El proceso incluye varios ejercicios y métodos de formación, algunos de los cuales están incluidos en este Manual en la Sección Ocho.

El entrenamiento noviolent puede preparar a gente para participar en acciones directas noviolentas, enseñar técnicas de desarrollo de estrategias y las habilidades necesarias para participar en la estrategia, así como trabajar en procesos de grupo y temas relacionados con la opresión. Estos entrenamientos se usan a menudo para preparar a gente para acciones concretas, para conocer el escenario, desarrollar un plan y ponerlo en práctica, para entender las cuestiones legales, y muchas otras cosas. Son una buena oportunidad para crear solidaridad en el grupo y para desarrollar grupos de afinidad. A través de los “juegos de rol” (ver ejercicio “Juego de rol, p. X) la gente puede aprender lo que pueden esperar de la policía, oficiales, otras personas que participa en la acción y sobre ellos mismos. Pueden ayudar a ver si están preparados para participar en la acción o no. Estas sesiones pueden durar desde unas horas a varios meses dependiendo de factores como las necesidades de la campaña y los límites de tiempo, las metas de esa formación específica, y la experiencia y disponibilidad de participantes y formadores. (Ver “Tareas y herramientas para organizar y dinamizar entrenamientos”, p. X, para más información sobre cómo planear talleres sobre noviolencia)

El papel de los formadores

Un formador en noviolencia es alguien que puede guiar a un grupo durante un proceso de aprendizaje. Un formador debe tener conocimientos sobre los temas a tratar pero no ser un “sabelotodo”. Su meta es guiar a los participantes en la elaboración de sus propias ideas y en ningún caso decirle a la gente lo que debe pensar y hacer.

No todos los grupos y comunidades que quieren formación en noviolencia cuentan con formadores locales. Una vez que la gente entiende qué habilidades son necesarias para dirigir una formación puede que se den cuenta de que ya han desarrollado algunas de ellas y las han usado en diferentes contextos. Podéis crear un equipo con varios miembros que pueden poner en común sus habilidades y su experiencia. Si es posible, ese equipo debería reflejar a los participantes: hombres y mujeres y gente de diferentes edades y grupos étnicos.

Lo que necesitan los formadores:

* Buenas habilidades en procesos de grupo y conocimiento de las dinámicas de grupo. El papel del formador es asegurarse de que todos participan y que pueden compartir sus ideas y experiencias. 
* Conocimiento sobre las acciones y campañas noviolentas. Si nadie tiene experiencia, el formador tiene que usar casos prácticos y ejercicios para ayudar a que el grupo aprenda. 
* Aprender cómo y cuándo usar los ejercicios apropiados siendo sensibles a las necesidades y estilos de los grupos

Posibles temas para entrenamientos de noviolencia

  • Historia y filosofía de la noviolencia y práctica de la acción noviolenta.
  • Superar la opresión, dinámicas étnico-raciales y de género. (Ver Sección Tres y Recursos en la Sección Once)

* Desarrollo de la estrategia de la campaña (ver Sección Cuatro).
* Toma de decisiones consensuada y rápida (ver “Trabajo en grupos”, p. X, y ejercicio “Toma de decisiones”, p. X). 
* Qué es un grupo de afinidad y papeles dentro del grupo (ver “Grupos de afinidad”, p. X, y “Papeles en, antes y después de una acción”, p. X). 
* Habilidades tales como trabajo legal y con los medios de comunicación (ver “Apoyo Legal, p. X, y “El Papel de los Medios de Comunicación, p. X).