Autor
Denise Drake and Steve Whiting

Por qué el consenso

Un grupo puede tomar decisiones de muchas maneras y es importante elegir el método que sea más adecuado a la decisión que hay que tomar. Puede ser una votación, que una persona decida (normalmente la que ostenta el liderazgo u otra persona encargada de esa responsabilidad), un método de azar como lanzar una moneda al aire, o la toma de decisiones por consenso.

Con frecuencia, en una votación democrática una minoría significativa queda descontenta con el resultado. Aunque puedan reconocer la legitimidad de la decisión ya que aceptan las reglas de juego democráticas, aún así pueden oponerse activamente a ella o minarla, y trabajar para conseguir una nueva votación.

Hacer concesiones es otro método para llegar a una decisión, a menudo mediante la negociación. Dos o más partes exponen sus posturas y van acercándolas dando pasos mutuos haciendo concesiones limitadas. Aún así, esto puede valorarse insatisfactoriamente por ambas partes pues nadie obtiene lo quería realmente.

Muchos grupos activistas usan la toma de decisiones por consenso porque creen que la gente debería tener todo el control sobre sus vidas y que el poder debería estar repartido entre todo el mundo en vez de ser ejercido por un poco gente para tomar decisiones por los demás. El consenso es especialmente útil cuando un grupo se prepara para llevar a cabo acciones noviolentas porque busca animar a que todo el mundo participe y exprese su opinión, y fomentar el apoyo de todo el grupo a las decisiones que se toman.

A pesar de que el consenso implica libertad para decidir el curso de la propia vida, también lleva a aparejadas responsabilidades para con el colectivo. El proceso de consenso se basa en la escucha, el respeto, y la participación de todo el mundo. El objetivo es hallar una decisión que sea aceptable para todas las personas que forman el grupo, a la que todo el mundo dé su consentimiento. Tengamos claro a la vez, que el consenso no significa necesariamente que todo el mundo está totalmente satisfecho con el resultado final, sino que todo el mundo está de acuerdo en que la decisión es aceptable y la mejor para el colectivo. Es una decisión asumible por todo el mundo.

Pero el consenso no es una concesión. Hacer concesiones puede provocar que todo el mundo esté descontento con la decisión y no contribuye a fomentar la confianza a largo plazo. Y las decisiones por mayoría, como las votaciones o “el líder decide” pueden conducir a luchas de poder entre diferentes facciones dentro de un grupo, compitiendo en vez de respetar las opiniones del resto. El proceso de consenso aprovecha al máximo la creatividad, nuevas ideas, experiencia y perspectivas del todo grupo. Las diferencias entre la gente espolean una investigación más profunda y una mayor sabiduría.

Entonces, ¿cómo funciona la toma de decisiones cooperativa? Las opiniones, ideas y reservas de toda la gente participante son escuchadas y debatidas. Las opiniones divergentes se sacan a la luz y se toma nota de ellas. Ninguna idea se pierde y la aportación de cada miembro es valorada como parte de la solución. Este debate abierto y respetuoso es vital para permitir que el grupo llegue a una decisión en base a la cual, en una acción noviolenta, la gente se ponga sí misma y a su cuerpo en juego.

El proceso de toma de decisiones por consenso paso a paso

  1. El problema o la decisión a tomar se define y se le pone un nombre. Es útil hacer esto de tal manera que queden separados los problemas/preguntas de las cuestiones personales.

  2. Lluvia de ideas sobre las posibles soluciones. Se ponen todas por escrito, incluso las más locas. Mantener la atención para acoger ideas rápidas y espontáneas.

  3. Crear espacio para preguntas o aclaraciones sobre la situación.

  4. Debate de las opciones apuntadas. Se modifican algunas, se eliminan otras y se elabora una lista corta. ¿Cuáles son las favoritas?

  5. Se expone la propuesta o selección de propuestas para que todo el mundo lo tenga claro. (A veces puede ayudar dividirse en pequeños subgrupos para escribir cada propuesta clara y sucintamente).

  6. Discusión de los pros y los contras de cada propuesta. Hay que asegurase de que cada persona tenga oportunidad de hacer aportaciones.

  7. Si hay una objeción importante, se vuelve al apartado 6. (Ésta es la parte que más tiempo consume). A veces habrá que volver al apartado 4.

  8. Si no hay objeciones importantes, se exponen las decisiones y se comprueba el grado de acuerdo.

  9. Se reconocen las objeciones menores e se incorporan enmiendas.

  10. Debate.

  11. Se comprueba el grado de consenso

Consenso en grupos grandes: la asamblea de portavoces

El modelo de toma de decisiones por consenso descrito arriba funciona bien dentro de un grupo. Sin embargo, para acciones noviolentas más grandes se requiere la colaboración de varios grupos de afinidad, y un método para hacerlo es usar una asamblea o consejo de portavoces. El consejo de portavoces es una herramienta para tomar decisiones por consenso en grupos grandes. En un consejo de portavoces, las personas que hacen de portavoces de los grupos pequeños se reúnen para tomar decisiones compartidas. Cada grupo está representado por su “portavoz”. El grupo se comunica con la reunión más grande a través de esta persona, haciendo posible que cientos de personas estén representadas en el debate de un grupo pequeño. Lo que pueden hacer o no las personas portavoces es una decisión de su grupo de afinidad. Así, es posible que los portavoces tengan que consultar con sus grupos antes de debatir o ponerse de acuerdo en ciertos temas.

Spokes council